Los resultados del Índice de Competitividad de Ciudades (ICC) 2025 muestran a Riohacha como una ciudad rezagada en competitividad, en el puesto 24 entre 32 ciudades capitales. Comparada con sus vecinas Valledupar y Santa Marta, Riohacha es un corral que refleja la falta de compromiso de la clase política y dirigente para promover su progreso.
El ICC evalúa factores de condiciones habilitantes, capital humano, eficiencia de los mercados y ecosistema innovador.

El factor de condiciones habilitantes se relaciona con instituciones, infraestructura, adopción de tecnologías (TIC) y sostenibilidad ambiental. En instituciones ocupa el puesto 30, lo que refleja la debilidad de la administración pública, con problemas de transparencia, planeación y eficiencia, traducidos en trámites engorrosos y poca capacidad de gestión por años de desidia y clientelismo político. En infraestructura y equipamiento ocupa el puesto 26, y solo basta con transitar los barrios para notar deficiencias en vías, servicios y escasa infraestructura cultural y deportiva. En adopción de TIC ocupa la posición 23 porque persisten brechas digitales en zonas rurales y poco apoyo a la innovación tecnológica. Paradójicamente, el mejor desempeño de Riohacha está en sostenibilidad ambiental, con un relativo puesto 20, porque cuenta con riquezas naturales; sin embargo, la gestión ambiental es deficiente por la escasez crónica de agua potable, mala disposición de residuos y vulnerabilidad climática sin soluciones efectivas.

En el factor de capital humano, que evalúa salud y educación, Riohacha tiene un panorama desalentador. En el pilar de salud ocupa el puesto 28 por las deficiencias en atención sanitaria y en indicadores básicos de bienestar, que se expresan en hospitales mal dotados, falta de especialistas, desnutrición infantil y mortalidad materna, reflejando la indiferencia de las autoridades locales ante la crisis sanitaria. En educación básica y media está en el puesto 25. La calidad de los colegios y el desempeño de los estudiantes están muy por debajo de lo aceptable, con altas tasas de deserción y brechas de aprendizaje. No se ven planes ambiciosos de mejora escolar ni alianzas sólidas con el sector privado o el gobierno nacional para elevar la calidad educativa.

El factor eficiencia de los mercados, que analiza el entorno de negocios, mercado laboral, sistema financiero y el tamaño de mercado, muestra retrasos significativos. El puesto 29 del entorno de negocios es uno de los peor evaluados del país. Esto significa que emprender o hacer empresa en Riohacha es una tarea difícil: trámites engorrosos, poca infraestructura empresarial, ausencia de incentivos y una institucionalidad débil que ahuyenta la inversión. Riohacha no ha sabido capitalizar su posición geográfica ni su base poblacional para atraer industria o turismo de manera sostenida. En el mercado laboral Riohacha ocupa el puesto 30. Campea la informalidad, el desempleo juvenil es alto y la oferta de empleos formales es exigua fuera del sector público. La clase dirigente no ha generado proyectos serios de desarrollo productivo. El sistema financiero ubica a Riohacha en el puesto 26. Esto sugiere bajo acceso al crédito, poca profundidad bancaria y escaso financiamiento para emprendimientos locales. La tímida actividad financiera en Riohacha refleja una economía local poco diversificada y de bajo dinamismo por falta de apoyo crediticio.
Por último, el ecosistema innovador, que engloba la sofisticación y diversificación de la economía, así como la innovación, presenta un panorama mixto para Riohacha. En sofisticación y diversificación productiva ocupa la posición 24, indicando que la economía sigue concentrada en pocos sectores tradicionales: administración pública, comercio básico y algo de minería. Curiosamente, en innovación Riohacha alcanza la mitad superior de la tabla, en el puesto 15, invitando a reflexionar sobre el potencial desaprovechado en emprendimientos creativos, iniciativas juveniles o actividades culturales que, pese al escaso apoyo oficial, logran sobresalir levemente.

En conclusión, el pobre desempeño de Riohacha en casi todos los pilares del ICC 2025 no es casualidad, sino consecuencia de la apatía y el cortoplacismo de su clase dirigente. Algunos alcaldes elegidos han llegado a robar y hacer negocios, olvidándose de que los eligieron para resolver los problemas de la gente. Riohacha no merece ocupar siempre los últimos lugares siendo una capital con gente trabajadora y riqueza cultural.

Y como dijo el filósofo de La Junta: «Se las dejo ahí…” @LColmenaresR